En primer lugar, consideramos que lo más importante antes de comenzar a transmitirles conocimientos, es escucharlos y conocer sus gustos y preferencias para así orientar nuestras clases de modo que se ajusten a sus necesidades e intereses.
Es entonces cuando podremos comenzar a transmitirles
aquellos conocimientos que sean útiles para sus vidas. Alejado de un
conocimiento excesivamente teórico que resulta casi imposible de llevar a la
práctica.
Otro aspecto que consideramos de importancia es la
capacidad de trasladar el aula a otros espacios tanto abiertos como cerrados
que se ajusten al temario y así poder desarrollarlo de una manera distinta
pudiendo propiciar la aparición de la motivación creando un conocimiento
significativo.
Por otro lado, es importante también resolver los
problemas que surjan dentro de nuestra aula pues es algo que ocurre casi
diariamente y que no podemos dejar de lado. De este modo la convivencia será
mejor pues los alumnos no tendrán, en la medida de lo posible, preferencia
entre ellos y así podrán trabajar sin problemas unos con otros. Se trabajaría
el tema de la igualdad para implantar las bases desde una edad ya temprana, es
decir, hacerles ver que todos son iguales de modo que puedan relacionarse niños
y niñas sin ningún tipo de prejuicio. Así, intentaríamos educarlos en valores
para que su proceso de socialización les lleve a ser mejores ciudadanos.
Por otro lado, trataríamos de crear un ambiente de
iguales donde tanto el profesor como los alumnos sean iguales sin existir una
jerarquía. Así mismo, los alumnos sentirían al profesor más cercano y así
existir un proceso de enseñanza-aprendizaje recíproco.
En cuanto a la resolución de problemas u otros
aspectos, estableceríamos horas de tutoría, entre profesores y alumnos, tanto
colectivas como individuales regularmente. En las conjuntas se tratarían los
temas comunes y referentes al trabajo en equipo. En las individuales cada
alumno trataría con el docente algún tema que le inquiete o cualquier aspecto
que el alumno considere oportuno tratar, a partir de entonces el docente debe
hacer todo lo que esté en su mano para ayudarlo.
Además, seríamos partidarias de fortalecer los
vínculos escuela-familia para así poder estar involucrados con los niños de una
manera más efectiva. Realizaríamos reuniones donde propondríamos distintas
actividades a realizar con sus hijos como la visión de distintas películas que
les aporte lecciones y aprendizajes tanto a ellos como a sus hijos; así como la
visita a museos y otro tipo de actividades culturales que hagan que el niño
adquiera conocimientos y se fortalezca el lazo con sus padres.